Venus

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jueves, 12 de julio de 2012

El filósofo de porro



"También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta."
Antonio Machado.

     - Qué pena, con lo listo que eres, las notas que sacarías si estudiases...
     En el mismo momento en el que el profesor le dice eso, o algo parecido, a un alumno, el alumno se convierte en el acto en un "filósofo de porro". El filósofo de porro es una persona de inteligencia más bien media, ni inferior ni superior a la de los demás. El único mérito que tiene es que sabe medir la inteligencia del resto de personas, de una u otra forma intuye lo que a sus compañeros puede parecerles o no inteligente, pero no porque sea más listo, si no porque es más pícaro, más observador. Casi siempre suele ser un tipo misterioso que no se deja dar a conocer, y se vale de eso para engañar a los demás.
     Ahora bien, ¿Qué es lo que hace un "filósofo de porro"? El gran objetivo del filósofo de porro es hacer creer al mundo que es muy inteligente, y muy sensible, pero que a la vez es, por así decirlo, un "chico malo". El filósofo de porro tiene muy claro que la gente común (digamos, "la plebe") no se para a pensar en cuestiones metafísicas más de dos segundos... así que el filósofo de porro te puede decir cosas como "la verdad es que no sabemos si existimos" o "podríamos estar viviendo en un sueño y no darnos cuenta". A aquel que se pare a pensarlo más de un segundo, esto le parecerá tan evidente que raya en la estupidez. Al resto de personas, las víctimas de este individuo, este tipo de afirmaciones les resultan de lo más agudas y filosóficas. Cuando el filósofo de porro dice "la pizarra la vemos como verde, pero en realidad podría ser roja", o algo por el estilo, casi todo el mundo deja de escucharle porque cree que está diciendo cosas demasiado complicadas, y es entonces cuando le dicen: "Si es que tú eres muy listo, tío, pero no haces nada". Y el filósofo de porro sonríe con malicia, porque ha conseguido engañarlos una vez más.
      La frase del filósofo de porro es "no te ralles". El filósofo de porro, mientras se fuma un porro (lógicamente), te dice: "somos esclavos de la sociedad", o cualquier otra perogrullada, y si se te ocurre contestarle, si se te ocurre ponerte a su nivel, te responde: "¡No te ralles!" "¡Te estás rallando!" ¿Por qué él puede "rallarse", pero tú no? Porque en el mismo momento en que "te rallas", descubres su truco, descubres su juego, y te das cuenta de que el filósofo de porro no es más que un pobre yonqui frustrado por no ser más inteligente que el resto.
     Al filósofo de porro no le hables de Kant, ni de Nietzsche, ni de Tomás de Aquino. Si lo haces, te dirá: "Yo soy un filósofo de la calle, tío". El filósofo de porro es un individuo frío y despiadado, es un maníaco calculador. Tened cuidado con él. Así que siempre que oigáis un término metafísico, como "existir" o "realidad", paraos a pensar un momento. A lo mejor lo que os están diciendo no es tan difícil de comprender. A lo mejor estáis, una vez más, ante un filósofo de porro.

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