Venus

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domingo, 29 de julio de 2012

Chântereau


«Dirás que soy un soñador, pero no soy el único».
John Lennon.

Así se hacían las cosas en Chântereau y así se siguen haciendo, más de un siglo después. Ahora que nuestros jóvenes, carentes de todo valor moral o artístico, invaden borrachos las calles para olvidarse noche tras noche de sus existencias vacías, ahora que ya nada ni nadie es capaz de hacer reflexionar a nuestra población, Chântereau sigue abierto para todos aquellos que tengan alguna inquietud acerca de su existencia o simplemente para todos aquellos que quieran seguir usando su cerebro y su alma. El mundo está loco, pero Chântereau combate su locura con más locura, con excentricidad demente y festiva chifladura Chântereau se adapta a los nuevos tiempos, y se rodea de auténticos expertos en la perturbación mental, músicos y poetas que se visten de la forma más estrafalaria y conversan sobre los temas más extraños que uno pueda imaginarse mientras se recrean con las mujeres más bellas y las sustancias más exóticas que la mente humana haya podido concebir en toda su Historia. Y mientras que los jóvenes de ahora intentan capturar su juventud en imágenes fotográficas, nosotros en Chântereau nos limitamos a vivir cada día como si fuera el último de nuestras vidas. No cabe duda, Chântereau es un mundo diferente habitado por seres superiores.

jueves, 12 de julio de 2012

El filósofo de porro



"También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta."
Antonio Machado.

     - Qué pena, con lo listo que eres, las notas que sacarías si estudiases...
     En el mismo momento en el que el profesor le dice eso, o algo parecido, a un alumno, el alumno se convierte en el acto en un "filósofo de porro". El filósofo de porro es una persona de inteligencia más bien media, ni inferior ni superior a la de los demás. El único mérito que tiene es que sabe medir la inteligencia del resto de personas, de una u otra forma intuye lo que a sus compañeros puede parecerles o no inteligente, pero no porque sea más listo, si no porque es más pícaro, más observador. Casi siempre suele ser un tipo misterioso que no se deja dar a conocer, y se vale de eso para engañar a los demás.
     Ahora bien, ¿Qué es lo que hace un "filósofo de porro"? El gran objetivo del filósofo de porro es hacer creer al mundo que es muy inteligente, y muy sensible, pero que a la vez es, por así decirlo, un "chico malo". El filósofo de porro tiene muy claro que la gente común (digamos, "la plebe") no se para a pensar en cuestiones metafísicas más de dos segundos... así que el filósofo de porro te puede decir cosas como "la verdad es que no sabemos si existimos" o "podríamos estar viviendo en un sueño y no darnos cuenta". A aquel que se pare a pensarlo más de un segundo, esto le parecerá tan evidente que raya en la estupidez. Al resto de personas, las víctimas de este individuo, este tipo de afirmaciones les resultan de lo más agudas y filosóficas. Cuando el filósofo de porro dice "la pizarra la vemos como verde, pero en realidad podría ser roja", o algo por el estilo, casi todo el mundo deja de escucharle porque cree que está diciendo cosas demasiado complicadas, y es entonces cuando le dicen: "Si es que tú eres muy listo, tío, pero no haces nada". Y el filósofo de porro sonríe con malicia, porque ha conseguido engañarlos una vez más.
      La frase del filósofo de porro es "no te ralles". El filósofo de porro, mientras se fuma un porro (lógicamente), te dice: "somos esclavos de la sociedad", o cualquier otra perogrullada, y si se te ocurre contestarle, si se te ocurre ponerte a su nivel, te responde: "¡No te ralles!" "¡Te estás rallando!" ¿Por qué él puede "rallarse", pero tú no? Porque en el mismo momento en que "te rallas", descubres su truco, descubres su juego, y te das cuenta de que el filósofo de porro no es más que un pobre yonqui frustrado por no ser más inteligente que el resto.
     Al filósofo de porro no le hables de Kant, ni de Nietzsche, ni de Tomás de Aquino. Si lo haces, te dirá: "Yo soy un filósofo de la calle, tío". El filósofo de porro es un individuo frío y despiadado, es un maníaco calculador. Tened cuidado con él. Así que siempre que oigáis un término metafísico, como "existir" o "realidad", paraos a pensar un momento. A lo mejor lo que os están diciendo no es tan difícil de comprender. A lo mejor estáis, una vez más, ante un filósofo de porro.

jueves, 5 de julio de 2012

Paraíso


Con el transcurrir de los años, la adolescente serena y despreocupada que era Lucía pasó a recrearse un poco más en su belleza, aunque siempre de forma sobria y elegante; dejó la diadema al fin y peinó su melena negra con un flequillo de medio lado, comenzó a elegir cuidadosa y detalladamente su vestuario, incluso a diseñarse a veces sus propios vestidos, y con el escaso maquillaje que utilizaba hizo maravillas. Tuvo siempre a Coco Chanel y a Edith Head por las más grandes, y gustó de usar a ratos la traviesa y joven hermosura de Audrey Hepburn y a ratos la sensualidad sofisticada de Sofía Loren, pero también aprendió de la refinada elegancia de Catherine Zeta-Jones, o de la templada sencillez de Diane Kruger, en todas ellas y en muchas otras encontró algo de lo que inspirarse, y sin embargo siempre de forma modesta y personal, discreta, pero mujer y bella al fin y al cabo, y siempre con una mirada propia y llena de identidad, nunca sometida a nadie, haciendo gala de un eterno embrujo de fuego helado, tierna y encantadora y a la vez terrible. Y con esos ojos que a todos embelesaban, pero que miraban sólo con cuerda curiosidad y gracia, mas con amor únicamente a uno; pudo sentirse él en estas ocasiones el más afortunado del mundo.

Fragmento de "Paraíso", libro en construcción.