Venus

Venus

martes, 22 de mayo de 2012

El día en que fue creada la magia


 

"¿Cuál es la razón de que palabras como éstas me resulten tan torpes y tan frías? ¿Será que no hay palabra lo suficientemente tierna para describirte?". James Joyce.


El día en que se creó la magia

las palabras eran pájaros blancos

que aún no se habían posado en nuestras mentes,

y por eso no las conocíamos.

Así es que lo que fue más bello y más perfecto

de este pequeño mundo desde sus comienzos,

con el lenguaje no pudo ser nombrado

y aún no se puede.

Quisiéramos los hombres poder decir lo que sentimos

y lo que pensamos

tal cual sale de nuestro corazón.

Quisiéramos describir la belleza y el infinito

y comprender de una vez por todas la palabra amor.

Mas todo esto podemos sólo rozarlo,

como sólo se roza la perfección,

pues el universo fue creado

para gozarlo con el alma y con los sentidos

y no con la fría razón.

Describe tu primer beso con un verso,

versa tu primer verso sobre él,

y verás que no has llegado a notar siquiera

una pizca de lo que fue.

Describe la primera vez que la viste,

describe todas las veces que la ves,

pon todo tu tesón en plasmar sobre el papel

el final de un acto erótico

hecho con amor.

Lo más que llegarás es a admirarlo todo de lejos

como sólo se admira la perfección,

y con eso, sólo con eso,

serás feliz por un momento eterno

y sabrás que has tenido lo mejor.

jueves, 17 de mayo de 2012

Cosas que no te puedes perder en los siguientes días


Ando en muchos trabajos estos últimos días y eso se resuelve en varios productos y resultados. Estos son los nuevos eventos artístico-literarios del mes (por el momento), y en ellos espero verte:


- Sábado 26, concierto de flamenco de OSCAR HERRERO (o séase mi padre) en el Coliseo, aquí en San Lorenzo de El Escorial. Creo que 10 eurillos de nada, cuando una una trayectoria musical de más de 30 años por todo el mundo le avala. A las 20.00.

- MARTES 29. FIRMO LIBROS EN LA FERIA DEL LIBRO DE MADRID, DE 17.30 A 19.30, CASETA 41. ESPERO VEROS ALLÍ, habrá dosis de elegancia tan concentradas y puras que sólo con rondar la zona acabaréis contagiándoos como mínimo de un toque de aristocracia educada y serena.

- VIERNES 1 DE JUNIO. PRESENTACIÓN DE UN NUEVO LIBRO DE RELATOS SOBRE LA CRISIS, EN EL QUE PARTICIPO YO Y VARIOS AUTORES DE ATLANTIS. Asociación de Escritores y Artistas Españoles (Calle Leganitos, 10). A LAS 20.00.

Nada más de momento. Gracias por tu atención.

jueves, 10 de mayo de 2012

Caronte


"Siempre acabamos llegando adonde nos esperan." José Saramago.

Dicen los entendidos que el acto de viajar es importante para la formación del espíritu, pero es preciso comprender que los viajeros, por mucho que disfruten de sus viajes, siempre acaban por desear volver a casa. Sucedió que uno de entre tantos ciudadanos, descontento con su vida, decidió organizar un último acto colectivo en el que pudiera quitarse la existencia. El viaje se trataba de un crucero, no de un crucero cualquiera, por supuesto, ya que en este barco les estaba permitido viajar sólo a aquellos que, como él, estuviesen dispuestos a suicidarse. Y en este barco, además, viajaban también todos los elementos que acompañan al festejo, a la diversión y al vicio. Música, baile, comida, bebida, alcohol, drogas, bailarinas exóticas, prostitutas, todo aquello y más provenía del bolsillo de aquel misterioso hombre que con tanto empeño anhelaba la muerte. El resto de tripulantes, hombres sin familia, hombres sin amigos, fracasados económica o socialmente, hambrientos, indigentes, desafortunados, todos ellos buscaban un postrero evento en el que engañar a sus sentidos y creerse, por unos instantes, un poco más cerca de la felicidad. Sería una semana entera de perversión y de desenfreno, en la que todo estaba permitido y nadie les vigilaría, siete días sucesivos de degeneración en las aguas del Pacífico Norte. Un viaje de despedida. El barco zarpó una bochornosa tarde de verano, difuminado el horizonte por el calor del sol.
Ya han pasado seis días desde que diera comienzo aquel insólito acontecimiento. En mitad del océano tronaban los altavoces y fulguraban las luces de neón, el mar embravecido pedía a gritos un descanso. En el interior resonaba la música electrónica y los invitados continuaban bebiendo y bailando. La acción de las drogas estimulantes los mantenía despiertos, pero eran como fantasmas navegando a la deriva, ya no sentían nada y continuaban en pie sólo por inercia. En los baños se iban acumulando los dormidos, los inconscientes o todo el que deseara evadirse de aquella extraña y nueva realidad. Entre la confusión, el ruido y la violencia, muchos de los hombres y mujeres allí presentes ya no pretendían divertirse de ninguna manera. Por el contrario, se sentían terriblemente asustados, mareados, desconcertados. Habían perdido el contacto con la realidad.
Fue entonces cuando ocurrió. En medio de aquel ambiente adulterado, entre el griterío y el movimiento, aquel barco que lo había aguantado todo comenzó a girar sobre sí mismo. No era ningún efecto de los opiáceos ni de los alucinógenos, como algunos creyeron, sino que el océano, repentinamente, formó un remolino en torno a los pasajeros de la nave, y el barco comenzó a hundirse en las profundidades sin remedio. Y fue entonces cuando los ocupantes del navío, todavía en un estado de trastorno, tomaron conciencia de lo que ocurría. La música cesó y las luces se apagaron. El barco comenzó a dar bruscas sacudidas y el agua ascendió hasta el interior. Y fue entonces cuando todos aquellos individuos, que habían acudido allí despreciando su existencia, comenzaron a temer por sus vidas. Hombres y mujeres abrazados y acurrucados, esperando a que llegase un final que ya no miraban con los mismos ojos. Hubieran preferido que el barco atracase en un lugar cercano para poder volver a empezar con sus vidas. Desearon que nada de aquello hubiese tenido lugar.

Después sucedió todo muy deprisa. El torbellino que se había formado desapareció como por arte de magia, salió el sol y el mar inquieto recuperó la calma, reflejó el cielo claro formando un azul tan intenso como el de mirada humana. Las nubes se abrieron y dejaron paso a un sol acogedor. Aquellos que hasta hacía poco buscaban acabar con sus vidas salieron a cubierta y agradecieron la llegada de una verdadera luz. De repente comenzó a nevar. Cayó nieve como nunca había caído hasta entonces, nieve cálida, nieve sin frío, la única nevada posible en el mar tranquilo de las aguas tropicales. El barquero cambió de rumbo. Volvían a casa. Sobre ellos cayeron copos semejantes a plumas, dejando el suelo blanco y limpio, dejando el cielo cristalino.

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sábado, 5 de mayo de 2012

Memorias de un viejo hombre

"Vive sabiendo que has reído cuanto podías reír y que has llorado cuanto podías llorar. Que has trabajado como un hombre y que has jugado como un niño. Que has hecho amigos que te recuerdan y enemigos a los que has perdonado. Que has amado y que te han amado. Que has comido tu plato favorito al menos un par de veces y que has visto una buena película, leído un bueno libro o escuchado una buena canción. Que a lo largo de tu vida ha habido personas que han dejado una huella en ti, y que tú has dejado huella en las personas que se quedan cuando tú te vas. Vive así y sabrás que has hecho todo lo que merece la pena en la vida".

     Mirados uno a uno, los días que vives no sirven absolutamente para nada. Pasan, y ya está. Mirados desde una perspectiva más amplia, no tienes otra cosa que eso. Tus días son como ínfimos y diminutos átomos que conforman meses y años, y que encuentran personas y fabrican recuerdos. No cometas el error de desperdiciar un día, porque llegará el momento en que lo eches en falta. Puedes hacer lo que quieras ese día, pero al día siguiente tienes que aprovechar lo que hiciste. Experiencia, sabiduría, conocimiento. Amistad, amor o desengaño. Belleza, pasión, rencor. Puedes robarle a un día cualquiera de estas cosas, pero róbale algo a tus días, porque ellos ya han pasado y no lo van a necesitar. Saca algo de cada uno, no tengas miedo de hacerlo y sobre todo no tengas pereza de intentarlo. Vive cada segundo que te brinde Dios, o el destino, o quién sea. No te preguntes quién te lo ha dado y agárralo con fuerza antes de que te lo quite.
     He sido actor, he sido mago, he sido músico, he sido profesor y científico, inventor, matemático, escritor, filósofo y soldado. He sido lo que queráis porque he sido y soy todos vosotros en un futuro no muy lejano, he sido una persona y soy una persona en el final de sus días. Convencido de todos mis logros, vuelvo a mi pueblo de toda la vida, o a mi barrio o a mi ciudad natal. Y recuerdo mi casa y a mis padres. Y a mi primera novia, y a mis compañeros de colegio, y a mis profesores, y a los vecinos, y hasta a los edificios de mi alrededor. Recuerdo las primeras noches de juerga y las primeras personas que se hicieron llamar amigos, recuerdo los momentos más cómplices y más íntimos, los más cómicos y los más tristes, y recuerdo a quienes estuvieron de mi lado entonces. A la familia que me vino dada por sangre y a las familias que formé después, familias de parentesco colateral y descendiente, mujer e hijos, pero no sólo eso, familias de trabajo y de comunidad, y familias de amigos. Si podéis volver al lugar donde os criasteis y recordar todo esto, y sabéis que no habéis hecho auténtico daño a nadie y que habrá personas que sonrían al pensar en vosotros, si hacéis todo esto, digo, podéis morir tranquilos, muy tranquilos. Sin ninguna tensión ni ningún remordimiento. Así de simple.

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martes, 1 de mayo de 2012

Llamar la atención

"No me arrepiento de todos aquellos años de provocación. Entonces me motivaba hacerlo, pero ahora no tiene sentido porque cualquiera puede."
Madonna.

Este es un monologuillo que envié a un concurso del Hormiguero y ahora me ha hecho gracia verlo, si hubiera ganado sería guionista del Hormiguero actualmente. Pero como lo escribí en dos minutos y es malo con ganas, pues no gané, en fin aquí lo tenéis:

        Desde que yo recuerdo, siempre me ha gustado llamar la atención. Todo comenzó cuando, de pequeño, defequé en un pasillo. Hacía poco que me había liberado de mi viejo enemigo el pañal y aún no controlaba del todo situaciones como aquella. El pasillo era muy largo y el cuarto de baño estaba tan, tan lejos… Recuerdo aquella como la primera vez en la que conseguí la atención de todos mis congéneres, mi padre y mi hermano se reían a carcajada limpia y mi madre me azotaba en el culo como en un alegre baile de reggaetón. No había para tanto, yo era pequeño y alocado, a mis catorce años de edad no podían exigirme ser perfecto.
        En cualquier caso, aquella experiencia me hizo ver lo verdaderamente adictivo que podía ser llamar la atención de las personas. Sus miradas, sus comentarios, su desaprobación, todo ello lo recibía con gran satisfacción, ya fuera poniéndome una cresta punk o disparando una pistola en el autobús. Recuerdo especialmente cómo obtuve la atención de todos al situarme en dirección contraria por la autopista. Y qué cuidados luego, y qué mimos, qué algodones más suaves en mis heridas y cuánto cuidado al ponerme las escayolas, qué consideración tuvieron en el hospital, qué inmenso placer. Algo más tarde, ya en la cárcel (por lo visto aquello era un delito y los delitos se pagan, excepto la piratería claro)  intenté atraer la atención de mis semejantes fingiendo que se me caía el jabón en las duchas, pero nada, ninguno quiso saber nada de mí, se hicieron los estrechos.
        Así pues, ya habéis visto que tengo un pequeño problema en el cerebro, “pequeño problema” que tira a “enfermedad mental”. Vamos, que soy un psicópata, se podría decir. A pesar de todo, mi breve estancia en la cárcel, ignorado por todos (se me cayó el mito), me hizo ver que la atención de la gente no lo era todo en este mundo. Me reformé, terminé mis estudios universitarios y encontré trabajo en una gran empresa (Telepizza). Sin embargo, pronto fui despedido, ya que en carnavales los empleados organizamos una pequeña fiesta de disfraces, y tuve la feliz idea de acudir vestido de Oso Yogui; es decir, desnudo y con una corbata. Y esto no gustó nada a mis compis.
        Había vuelto a recaer, no pude evitarlo. Me convertí en un yonqui de las miradas ajenas, al nivel de Michael Jackson, Lady Gaga, o Belén Esteban. En poco tiempo pasé a ser uno de esos exhibicionistas que se cuelan en las galas de cine y en los partidos de fútbol para mostrar sus vergüenzas al público; cuando salen en la tele, todos dicen cosas como “ya está el típico subnormal que quiere hacer la gracia” o “ya está el tonto de todos los partidos”… Pues yo era ese tonto de todos los partidos, y ya lo creo que me gustaba. Los policías corrían detrás de mí y yo los esquivaba con mi falda escocesa como única prenda; todos me miraban, y por lo tanto todos me querían (deduje). La buena vida. Me puse de acuerdo con una empresa de publicidad y me tatué “Seguros Pelayo” en el pecho. Ellos me pagaban por lucir mis partes pudendas, y yo lo hacía sin el menor problema. Eso sí, cuando la gente me preguntaba por mi trabajo, solía decir que era publicista.
        Conforme pasaban los años fui arrepintiéndome de mis actos (además de ir ganando peso y perdiendo pelo). El dinero que ganaba en mis gestas publicitarias lo invertía en obras benéficas, con eso lo digo todo. Incluso fui a un confesionario, a confesarme, lógicamente. Sin embargo, no pude evitar darle un puñetazo al cura. Seguidamente, no pude evitar darle un beso en los morros. No por nada, por llamar la atención. Tratándose de hacer cosas raras, yo era un auténtico maestro. Claro que, haciendo tonterías de este calibre, no podía ganarme la vida… ¿O sí? ¿Es que acaso no hay gente que se gana la vida de esta manera? ¿Haciendo cosas raras, sin más, y llevándose la atención de toda España, como yo tanto deseo? Claro que la hay, y esa gente hace programas de televisión. Así que allí que me dirigí, a la sede central de la perversión humana y de la corrupción ética y moral, Telecinco, y allí que sigo, gritando y diciendo pamplinas de todo tipo y vestido al estilo más sexualmente ambiguo que he podido encontrar. Y allí que estoy, amigos. Si quieren verme, ya saben lo que hacer.   

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